Cercano al pueblo de Ocentejo, encontramos una de las zonas mas agrestes del curso del Tajo en su tramo alto. Se trata del Hundido de Armallones, que recibe su nombre de otro pueblo que se alza en la orilla opuesta, a unos diez o doce kilómetros del Hundido, y del que sale una pista que nos lleva hasta la parte alta de estos cortados.
En el siglo XVI, un terremoto ocurrido Lisboa provocó el hundimiento del estrato rocoso del cañón por el que discurría el Tajo, desplomándose sobre el cauce y desviándolo hasta el curso que vemos ahora.
El resultado fue una zona espectacular por la que el río se rompe contra las piedras y a veces forma remansos de serena belleza.